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viernes, 23 de diciembre de 2011

17º Seminario Vox Aurea 2011 con Vytautas Miškinis

Es un auténtico privilegio contar con uno de los autores de música coral más importantes de Europa. El maestro Vytautas Miškinis se presentó ante nosotros con muy buen humor y muchas ganas de comunicar. Se le notaba a gusto entre nosotros y nos trajo un tríptico con poemas de Tagore para estrenar en el concierto del seminario.









La música coral báltica es especialmente interesante. La tradición coral de esos países es muy rica. Mucho más que la nuestra, por eso si hay que buscar maestros de los que aprender, pocos sitios hay tan buenos como los países ribereños del mar Báltico.

PROGRAMA:
  • Vytautas Miškinis: Gloria 
  • Vytautas Miškinis: Sanctus 
  • Edward Elgar (1857-1934): Deep in my soul 
  • Eric Whitacre (1970): Sleep 
  • Morten Lauridsen (1943): O Nata Lux 
  • Vytautas Miškinis: O salutaris hostia 
  • Vytautas Miškinis: Three sights to baby. Estreno absoluto
                       I. The sleep
                       II. The smile
                       III. The sweet

NOTAS AL PROGRAMA:

La cita de este año de la Residencia de Estudiantes con este seminario de música coral enlaza de nuevo con el lejano Báltico. Los entendidos saben a estas alturas que alrededor de sus frías aguas se ha ido fraguando una de las culturas corales más ricas que encontrarse puedan. En este sentido, recordamos como en 2005, en ocasión como ésta, el coro Vox Aurea contó con la profesora sueca Helen Larsson. Autores bálticos como Sisask, Eriksson, Jennefelt, Kverno, Mellnäs, Nysted, Olsson, Rautavaara y Wikander han ido sonando en esta sala y dan fe del peso que tiene esta cultura coral en el mundo. Hoy tendremos dirigiendo este concierto al maestro Vytautas Miškinis (Vilnius, 1954), que nos llega desde Lituania para darnos a conocer más profundamente su extraordinario universo musical.

Su música no es nueva en este escenario. Ya sonó en los conciertos fin de seminario de 2004, 2007 y 2008. No podía ser de otra manera porque estamos ante un maestro fundamental para entender la música coral de este último cambio de siglo. Autor cosmopolita con una obra extensa, se ha dedicado a la música religiosa usando el latín de los himnos y preces tradicionales en más de cien motetes y treinta misas, aparte de tres centenas de piezas profanas. Sin renunciar a ningún tipo de recurso sonoro, utiliza muy imaginativamente ritmos y armonías muy sugerentes, aunque dentro de los límites tonales que han ido conformando una obra con ambición de ser entendida y apreciada por el público aficionado.

El coro Vox Aurea quiere comenzar el concierto con dos obras de este músico con el que ha tenido el placer de trabajar durante este fin de semana, y así empieza el concierto, con dos muestras de su música religiosa, para pasar después a las obras que se han estudiado a fondo durante el seminario. El propio Miškinis nos ofrece hoy un repertorio de gran interés. Por un lado, nos regala un trío de canciones sobre textos de Tagore para ser estrenado en este encuentro con cantores y público españoles. Por otro, nos trae obras de autores que le son especialmente queridos y de otros que le son afines por diversas razones, pero que, en todo caso, son colegas suyos en estos tiempos tan interesantes para el mundo coral internacional.

Vytautas Miškinis: Gloria

Gloria in excelsis Deo et in terra
pax hominibus bonae voluntatis
Laudamus te
Benedicimus te
Adoramus te

Glorificamus te

Gratias agimus tibi propter

magnam gloriam tuam

Domine Deus

Rex coelestis
Deus Pater omnipotens
Domine Fili unigenite Jesu Christe
Domine Deus Agnus Dei
Filius Patris
qui tollis peccata mundi
miserere nobis
suscipe deprecationem nostram
Qui sedes ad dexteram Patris
miserere nobis
Quoniam tu solus Sanctus
Tu solus Dominus.

Este himno se canta o se recita en voz alta los domingos fuera de los tiempos de Adviento y de Cuaresma, y en diversas solemnidades y fiestas.
El primer papa que lo introduce en la Liturgia fue el papa Telesforo (128-139?). Papa mártir sacrificado en tiempos de Adriano o Trajano. Este pontífice lo incluye en el Ordinario de la fiesta de Navidad y, tres siglos después, el papa Símaco (498-514) lo generaliza para todas las celebraciones dominicales.
En este himno se expresan deseos, además de sumisión, admiración, alegría y se recitan los rasgos principales del Ser Supremo según la doctrina cristiana. Toda esta compleja mezcla no se expresa musicalmente de manera simple. La pieza va mudando, de forma ejemplar, de ritmo y de expresión según el texto lo demanda.

Vytautas Miškinis: Sanctus
 
Sanctus, Sanctus, Sanctus,
Dominus Deus, Sabaoth.
Pleni sunt coeli et terra gloria tua.
Hosanna in excelsis.
Benedictus qui venit in nomine Domini
Hosanna in excelsis.

El Sanctus es una parte del Ordinario de la misa católica, y se canta o recita para concluir el Prefacio. No es exclusivo de los ritos católicos, puesto que la iglesia ortodoxa y no pocas protestantes también lo usan con pequeñas variantes. Es un himno en honor de la Santísima Trinidad, por eso la palabra «Sanctus» se repite tres veces al principio.
Miškinis divide la pieza en dos partes. La primera, donde se alaba la santidad del Señor de los ejércitos, se presenta un contraste entre las voces femeninas, homofónicas y rítmicas y las voces masculinas, no menos rítmicas, pero con un carácter imitativo, una especie de canon. En la segunda parte, desde el «Hossanna», son las cuatro voces las que conforman un nuevo canon.

Edward Elgar (1857-1934): Deep in my soul
Poema original de Lord Byron (1788-1824)

Deep in my soul that tender secret dwells,
Lonely and lost to light for evermore,

Save when to thine my heart responsive swells,
Then trembles into silence as before.

There, in its centre, a sepulchral lamp
Burns the slow flame, eternal but unseen;

Which not the darkness of Despair can damp,
Though vain its ray as it had never been.


En lo profundo de mi alma

En lo profundo de mi alma reside ese tierno secreto,
Solitario y perdido para la luz eternamente;

Salvo cuando mi corazón, sensible al tuyo, se inflama,
Para estremecerse y caer en el silencio como antes.

Ahí, en su centro, una lámpara sepulcral
Consume la lenta llama, eterna, pero oculta,

Y que ni la oscuridad de la desesperación puede apagar
Por leve e inútil que su rayo sea.
       
Traducción de Alicia Cogolludo.

Edward Elgar representa en la música inglesa un renacimiento extraordinario, pues tras el paréntesis musical victoriano sin figuras de primera fila, se produce una potente eclosión de autores de los cuales Elgar es el pionero. Tras él vienen Vaughan Williams, Walton, Holst, Tippett, Britten, Ireland, etc. Una auténtica edad dorada para la música inglesa. En este nuevo siglo musical inglés, que comienza en la época eduardiana, la música coral ocupa un lugar de privilegio que da unos frutos apreciadísimos por directores y cantores de los últimos cien años.
El poema elegido por Elgar está extraído de uno de los más influyentes libros de poemas de la literatura inglesa, nada menos que El Corsario de Lord Byron. Poema romántico en el que el genio de este gran poeta universal consigue un tono introspectivo e intimista, aunque eso sí, usando grandes palabras como desesperación, estremecimiento, fuego, rayo...
La música de Elgar debe responder al clima íntimo y profundo sin caer en la tentación de efectismos que siempre son peligrosos en la poesía romántica. El resultado es de una gran belleza. La música es propia de la maestría de Elgar y acompaña al texto de forma admirable, potenciando su belleza y su mensaje.

Eric Whitacre (1970): Sleep
Sobre el poema homónimo de Charles Anthony Silvestri (1965) escrito para esta pieza.

The evening hangs beneath the moon
A silver thread on darkened dune
With closing eyes and resting head
I know that sleep is coming soon.

Upon my pillow, safe in bed
A thousand pictures fill my head
I cannot sleep, my mind’s a-flight
And yet my limbs seem made of lead.

If there are noises in the night
A frightening shadow, flickering light
Then I surrender unto sleep
Where clouds of dream give second sight.

What dreams may come, both dark and deep
Of flying wings and soaring leap
As I surrender unto sleep,
As I surrender unto sleep.

SUEÑO

La noche se cierne bajo la luna
Un hilo plateado sobre la duna en sombras
Los ojos cerrados, la cabeza descansada,
Sé que el sueño va a venir pronto.

Sobre la almohada, a salvo en la cama
Miles de imágenes pueblan mi cabeza
No puedo dormir, mi mente vuela
Y sin embargo mis extremidades parecen de plomo.

Si hay ruidos en la noche
Una sombra aterradora, una luz vacilante
Entonces me entrego al sueño
En donde las nubes de los sueños otorgan clarividencia.

Los sueños que vengan, oscuros y profundos
De alas que vuelan y salto vertiginoso
Según me entrego al sueño
Según me entrego al sueño.

          Traducción de Alicia Cogolludo.

Eric Whitacre es un autor del siglo xxi en todos los sentidos. Tiene un gran talento, viaja para dirigir su música a los más dispares lugares del globo, cuida más de su atildado y juvenil aspecto que una estrella de cine, mantiene una actividad frenética en YouTube, Facebook y Twitter, compone para coros o para películas comerciales de éxito, es popular y sofisticado y puede combinar espectacularidad y delicadeza como un gran maestro. Es, en definitiva, todo un personaje.
Whitacre recurre a su habitual colaborador el poeta Charles Anthony Silvestri para esta pieza, como ya hizo con Lux Aurumque que interpretó Vox Aurea en este salón en 2006 bajo la dirección de Josep Vila.
Esta partitura arropaba originalmente un poema de Robert Frost (1864-1973) llamado Stopping by Woods on a Snowy Evening. Problemas con los derechos de autor, que impedían la interpretación pública, amenazaban con condenar la pieza al silencio, por lo que Silvestri acudió al rescate de Whitacre y le escribió esta letra admirable. Por eso, en este concierto es la pieza rara. No se trata aquí de un músico que compone melodías para un poema o himno tal y como estamos acostumbrados, sino al revés: lo que tenemos aquí es un poeta que imagina el texto idóneo para una música, en realidad es Silvestri el artesano de las palabras, el que remata la obra.

Morten Lauridsen (1943): O Nata Lux

O nata lux de lumine,
Jesu redemptor saeculi,
dignare clemens supplicum
laudes preces que sumere.
O nata lux de lumine.

O luz nacida de la luz
Jesús, redentor de los siglos.
Dígnate por misericordia a
aceptar las súplicas y oraciones
de los que te imploran.
O luz nacida de la luz.

En el mundo clásico norteamericano actual pocos autores pueden mostrar tantos premios, reconocimientos, Grammys, etc. como Morten Lauridsen. Este hijo de emigrantes daneses y persona espiritual con tendencia a un cierto misticismo nos transmite siempre sensaciones de paz y profundidad. Se dedica a la música desde niño y, tras años de dudas, decide finalmente centrarse en la composición. Actualmente es profesor de esta disciplina en la Thornton School of Music de la Universidad del Sur de California.
En su música religiosa se mantiene siempre dentro de límites tonales y se vuelve mucho más experimental en el ámbito profano, cuando pone música a poemas de sus autores favoritos entre los que cuenta a García Lorca. Aunque no se considera poeta, sí cree que sus composiciones son muy poéticas. Con su música intenta alcanzar su ideal artístico. Son sus palabras:

Creo que el propósito de cualquier arte es dejarnos algo elegante que enriquezca nuestro espíritu, nos toque el corazón, ponga a prueba nuestro intelecto y mejore la condición humana.

O nata Lux es un himno litúrgico que tiene su origen en el siglo x y que se canta en el oficio de Laudes en la mañana de la fiesta de la Transfiguración. Once siglos después, Lauridsen lo transforma en una de las tres partituras más vendidas de la editorial Theodore Presser Co. desde 1783, las otras dos también son suyas.

Vytautas Miškinis: O salutaris hostia
Sobre texto de Tomás de Aquino (1225-1274)

O salutaris hostia,
Quæ caeli pandis ostium,
Bella premunt hostilia;
Da robur, fer auxilium.

Oh salvadora hostia,
Que abres la puerta del cielo,
Guerras implacables (nos) oprimen:
Da(nos) fuerza, danos auxilio.

El siglo xiii ve el nacimiento de la fiesta del Corpus Christi. Por entonces, el papa Urbano IV decide que esta nueva fiesta debe contar con su propia liturgia y encarga al Aquinate cinco himnos para este fin. Uno de ellos es el denominado Verbum Supernum Prodiens que se destina a las plegarias de Laudes. La penúltima estrofa de este himno es la que comienza con este «O salutaris Hostia» que se ha venido utilizando también para el momento en que el sacerdote eleva la Sagrada Forma en el momento de la consagración.
Miškinis, más que plegarse a la intención y propósito originales del texto, intenta describir musicalmente la situación que se produce en el templo desde el punto de vista de los fieles que asisten al rito. Por un lado está la oración individual de cada creyente que quiere comunicarse directamente con Dios. La suma de todas estas plegarias llega al Ser Supremo de forma que sólo por su carácter de Ser Todopoderoso es capaz de atender a todos. Por otro lado, en el templo se produce el rezo comunitario, muchas veces cantado, que puede llevar a cabo una comunidad religiosa cualquiera. Ambas formas de relación con la Divinidad se combinan en esta especie de especulación filosófica musical sobre las formas en que el hombre se comunica con Dios y que Miškinis propone para nuestra consideración.

Vytautas Miškinis: Three sights to baby. Estreno absoluto

I. The sleep
II. The smile
III. The sweet

Versos pertenecientes a la Ofrenda de canciones o Gitanjali de Rabindranath Tagore

THE sleep that flits on baby’s eyes does
anybody know from where it comes? Yes,
there is a rumour that it has its dwelling
where, in the fairy village among shadows
of the forest dimly lit with glow worms,
there hang two timid buds of enchantment.
From there it comes to kiss baby’s eyes.

THE smile that flickers on baby’s lips
when he sleeps does anybody know where
it was born? Yes, there is a rumour that a
young pale beam of a crescent moon touched
the edge of a vanishing autumn cloud, and
there the smile was first born in the dream
of a dew washed morning the smile that
flickers on baby’s lips when he sleeps.

THE sweet, soft freshness that blooms on
baby’s limbs does anybody know where
it was hidden so long? Yes, when the mother
was a young girl it lay pervading her heart
in tender and silent mystery of love the
sweet, soft freshness that has bloomed on
baby’s limbs.

¿Sabe alguien de dónde viene el sueño que pasa, volando, por los ojos del niño?
Sí. Dicen que mora en la aldea de las hadas;
que por la sombra de una floresta vagamente alumbrada de luciérnagas,
cuelgan dos tímidos capullos de encanto,
de donde viene el sueño a besar los ojos del niño.

¿Sabe alguien de dónde viene la sonrisa que revuela por los labios del niño dormido?
Sí. Cuentan que, en el ensueño de una mañana de otoño, fresca de rocío,
el pálido rayo primero de la luna nueva, dorando el borde de una nube que se iba,
hizo la sonrisa que vaga en los labios del niño dormido.

¿Sabe alguien en dónde estuvo escondida tanto tiempo la dulce y suave frescura
que florece en las carnecitas del niño? Sí. Cuando la madre era joven,
empapaba su corazón de un tierno y misterioso silencio de amor, la dulce y suave frescura
que ha florecido en las carnecitas del niño.

          Traducción de Alicia Cogolludo.

La versión en inglés del poemario Gitanjali que el propio Tagore realiza y que se publica en 1913 es un éxito sin precedentes y una cierta revolución poética. Tagore quiso ser entendido tanto en Occidente como en Oriente, aspiró a ser un puente entre dos mundos y acabó convirtiéndose en un poeta universal. Este poema nos remite al mundo infantil tan caro a Tagore y al propio Miškinis que tanta música ha escrito para coro de niños.
Miškinis divide el poema en tres partes, de forma que cada estrofa forma una canción en sí misma, aunque aprovecha el recurso poético de Tagore de repetir una pregunta «¿Sabe alguien... ?» para dotar de una cierta unidad al tríptico.
Como vemos, Vytautas Miškinis nos ha querido mostrar parte de su obra, compartir con todos nosotros lo último de su producción y hacer sonar en este salón lo más representativo de los autores corales de hoy y de los que han abierto el camino para ellos. Esperamos que sea una experiencia inolvidable para todos y para él también.

Thyrsus me fecit

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